Alejandro Sanz es considerado como uno de los grandes maestros de la música española. Él siempre ha sabido reinventarse y sorprender a sus fans con grandes temas que lograran llenar los estados de emoción y pasión por lo que hace. Ahora, ese sentimiento por la música se lo está trasladando a su hijo Dylan, y este es el resultado.
La música se lleva en la sangre
Los hijos de los grandes músicos tienen la suerte de tener a un ídolo de masas en casa y de disfrutar de conciertos privados cuando quieran, pero sobre todo tienen el placer de disfrutar de cada paso que de su padre o su madre como artista.
Este es el caso de Dylan, el hijo de Alejandro Sanz, que parece tener muy clara su pasión por la música. Las imágenes que lo demuestran están en el Facebook del cantante, donde sale su hijo tocando el piano.
Aunque el madrileño tenga previsto sacar su nuevo álbum en 2019, ya podemos disfrutar del single ‘No tengo nada’. En este tema, Sanz ha fusionado su voz característica con sonidos flamencos capaces de trasladarte a otro mundo.
Mi pequeño capitán, Dylan, ya tiene su versión con el piano ? ? #NoTengoNada. Me haría muy feliz oír las vuestras. ?Subidlas a YouTube con #NoTengoNadaCover y las compartiré con vosotros en mi canal de Youtube Community. http://bit.ly/2QvbMVo
Gepostet von Alejandro Sanz am Sonntag, 2. Dezember 2018
Además de su fama nacional, Alejandro también es un referente en el extranjero, donde cuenta con numerosos éxitos. Además de ser un referente para sus fans, también lo es para su hijo, quien no deja de intentar cantar la canción de su padre.
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Es así como el madrileño intenta atraer a sus fans y hacer ver el talento que tiene su hijo para la música, aunque no parece ser el único. En otras ocasiones ya lo hemos visto cantando AC/DC en el Instagram de su padre, pero eso no es todo, su hija Alma también se atreve a escuchar la música de Sanz.
En cualquier caso, ellos son sus mejores críticos y seguro que van a aprender mucho de la experiencia de su padre en los escenarios. La música se lleva en la sangre, de eso no cabe duda, y parece que las notas corren por las venas de la familia Sanz.
