Sí, no es pura casualidad, es cierto que existen ciertos factores que te hacen más atractivos hacia estos pequeños vampiros. La buena noticia es que algunos de estos factores pueden ser controlados.
A continuación te explicamos qué hace que seas un caramelito para los mosquitos más voraces:
1- Color de la ropa
Si utilizas colores rojizos u oscuros como el negro y el azul, es más probable que atraigas a estos chupópteros.
Según el entomólogo Jonathan Day, los mosquitos «se mantienen cerca del suelo». Desde allí abajo, divisan a sus futuros anfitriones comparando sus siluetas con el horizonte. La visión de los mosquitos se ha desarrollado de tal forma que los colores oscuros les resultan más fáciles de ver, mientras que los colores más claros se mezclan con el entorno».
2- Tipo de sangre
El 85% de los humanos produce una secreción que revela su tipo de sangre a los animales que son sensibles a ese tipo de cosas. En este sentido, las personas con sangre tipo O tienen un 83% más de probabilidades de ser mordidas que las personas con otros tipos.
Si perteneces al grupo de personas pertenecientes al Tipo A, ¡enhorabuena! Estás en el grupo menos valorado por los mosquitos. Como podrás haber intuido, las personas con el Tipo B están se encuentran en el medio.
3- Bebidas
El consumo de alcohol aumenta la tasa metabólica y la temperatura corporal, lo que nos hace más apetitosos para los mosquitos.
4- Peso / Embarazo
Aunque pueden parecer grupos diferentes, la razón por la que un mosquito elegiría picar a una persona obesa y a una embarazada es la misma. Los mosquitos detectan a su presas por sus emisiones de CO2, las cuales son mucho más altas en las personas más pesadas y en las embarazadas.
Dato curioso: las mujeres embarazadas pueden exhalar hasta un 21% más de CO2 que las mujeres no embarazadas.
5- Química Corporal
Las personas que producen cantidades excesivas de ácido láctico (como cuando haces ejercicio) y ácido úrico son más propensas a ser picadas, al igual que las personas que muestran unas concentraciones más altas de esteroides o colesterol. Así que ya sabes, más te vale refugiarte en casa después de entrenar.
Por otra parte, ciertos medicamentos o ciertas enfermedades podrían estar cambiando la forma en la que hueles a un nivel solo perceptible para los mosquitos, convirtiéndote en todo un objeto de deseo para ellos.