El velatorio, o momento de velar a los muertos, es una costumbre extendida entre las diferentes religiones, donde familiares y amigos del difunto se reúnen para dar el último adiós a la persona que acaban de perder, una oportunidad para celebrar la vida y despedirse de un ser querido, pero, ¿Conoces el verdadero origen de esta peculiar costumbre?
¿Por qué se empezaron a velar los muertos?
El origen de los velatorios se remonta a la época medieval, donde las condiciones de salud e higiene no eran las idóneas. Independientemente de la religión, los cuerpos descansaban en el sepulcro, o incluso en el hogar del difunto, después de la muerte, pero durante 3 días, familiares y amigos se acercaban para despedirse.
¿Por qué no se enterraban los cuerpos en el momento?
Dada la época en la que nos encontramos, en plena edad media, los cuerpos no disponían de los cuidados a los que tenemos hoy en día, por lo que la espera para enterrar el cuerpo llegaba a ser insoportable. Descomposición y olores envolvían el duelo, entonces, ¿por qué esperaban?
El estaño estaba a la orden del día, platos y utensilios de cocina se construían con este material, y no eran pocos los casos de personas que habían sufrido envenenamiento por este material, produciéndole un estado de catalepsia de varios días.
La catalepsia deja el cuerpo de quien la padece aparentemente muerto. Las constantes vitales se reducen al mínimo, indetectables en aquella época y lo que podía parecer un cadáver, era simplemente el efecto del estaño en el sistema.
El velatorio se convirtió entonces en la última esperanza de familiares para detectar señales de vida en el cuerpo y demostrar que solo se trataba de un estado pasajero producido por el envenenamiento.
Esta costumbre se repite alrededor del globo y los motivos son siempre los mismos. En Irlanda el culpable era el plomo, usado en las barricas que fermentaban la tan apreciada cerveza.
Incluso los judíos, con muchos menos casos de catalepsia entre sus muertos, mantenían el sepulcro abierto durante 3 días con la esperanza de que el difunto mostrará señales de vida.
Las costumbres de velar de nuestros días
Dependiendo de la religión y lugar del mundo en el que te encuentres, la diferentes formas de velar a un muerto varían. Hasta no hace mucho, se hacía en la privacidad del hogar.
Una habitación albergaba el cuerpo del difunto durante unos días mientras familiares y amigos lo visitaban para recordar su vida y dar el último adiós. Los familiares eran obsequiados con chocolate, comida o bizcochos para que la velada fuera más llevadera.
Actualmente, pocos son los lugares donde las normativas no prohiban el velatorio en la residencia, y se lleva a cabo en un velatorio público.
La última «moda» de velar a los muertos
En Puerto Rico ahora velan a los muertos como si aún estuvieran vivos. Sentados, con su ropa favorita, una posición de lo más natural e incluso con los ojos abiertos. Es la práctica que se está extendiendo en este país a la hora de celebrar la vida de los difuntos.
La muerte siempre está rodeada de un misterio que a todos nos atrae, pero te hace temblar de pánico. Existe un libro maldito, el Necronomicón, que maldice a todo el que lo lee, ¿te atreves a leerlo?