El humor es un arma de doble filo que puede alegrar el día de quien lo escucha, o en este caso de quien lo lee, pero además puede remover las consciencias de aquellos sujetos pasivos que viven, en silencio, situaciones de las que quieren escapar y no saben como.
Para hacer reír, como para hacer llorar, hay que conectar con la persona que tienes en frente y a juzgar por el número de retweets y likes que ha cosechado este chiste publicado por la tuitera @cxlturx, mucha gente se ha visto identificada.
El chiste que esconde una triste verdad
El afilado espíritu crítico de la tuitera señala casos extremadamente polémicos que nuestra sociedad está sufriendo pero de los que ya no se puede hablar libremente o si no, un juez interviene y se encarga de callar tu opinión.
Enlace patrocinadoRecordáis ese chiste de:
– ¿Qué tal en España?
– No nos podemos quejar.
– Entonces bien, ¿no?
– No, que no nos podemos quejar.Bueno, pues no era un chiste.
— κουλτούρα? (@cxlturx) May 27, 2018
El mensaje queda claro, pero muchos de sus seguidores no tienen tan claro el problema.
No, es lo más básico que puedo decir y prácticamente sutil e imperceptible. Si dijera lo que pienso sin filtros ya hubiese venido la Guardia Civil a verme, tranqui. ¿y tú qué tal?
— κουλτούρα? (@cxlturx) May 28, 2018
Como en casi todos los conflictos, no hay una solución fácil, pero desde luego, no pasa por coartar la libertad de expresión, o al menos así debería ser.
Libre de hacer lo que quiera?Acciones como hacer un chiste o escribir una canción en este país son penadas según a quien puedan no gustar, yo a eso no le llamo libertad precisamente.
— the worst of all (@kazuki_vii) May 28, 2018
Por suerte aún se pueden usar las redes sociales para reivindicar, no sin ciertas limitaciones, en lo que crees, pero no con la libertad que a todos les gustaría.
Gracias a las redes esta chica pudo denunciar públicamente una oferta de trabajo que había estafado a miles de personas y terminó con el timo evitando a futuras personas pasar por la terrible experiencia que ella había pasado.
La libertad de expresión es un derecho que toda persona posee, pero en muchas ocasiones se usa como arma arrojadiza, por los que la usan y por los que se excusan en ella para perseguir opiniones disonantes.