Diandra Toyos vive en el sur de California y hace poco estuvo de compras en Ikea donde le sucedió algo impensable. Estaba caminando por la tienda con sus hijos cuando comenzó a tener la sensación de que algo iba mal. Sus hijos estaban probando sofás cuando se dio cuenta que un hombre los estaba mirando mucho. Finalmente descubrió que eran objetivos de la trata de personas.
Diandra decidió colocar una foto de ella con los niños en el sofá justo antes de sentir el peligro y dejó una larga nota para advertir a los demás.
«Hace unos días, mi madre y yo llevamos a los niños a Ikea. Nos gusta ir y así sacamos a los niños de casa. Fuimos a mirar sofás y cuando estábamos probándolos, note que un hombre bien vestido y de mediana edad rondaba la zona y se acercaba a mí y a los niños. Hubo una ocasión en la que llegó directamente a mi y a los niños e instintivamente me puse entre él y mis hijos.
Tuve un mal presentimiento. Continuó dando vueltas por la zona, mirando a los niños directamente. Mi madre también lo notó. Seguimos hacia adelante y mi hijo entró a una sala de exposición pequeña y lo seguí. El hombre dejó lo que estaba haciendo y nos siguió. Mi madre vio a otro hombre de unos 20 años vestido de forma más casual que no nos miraba pero seguía el mismo camino que el hombre anterior.
Decidimos sentarnos y esperar a que siguieran adelante. Pensábamos que estaba pasando algo pero deseábamos estar equivocadas. Estuvimos sentadas durante 30 minutos y ellos igual. Se pusieron de pie justo cuando nos levantamos. Sabíamos que algo estaba mal.
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Seguimos con nuestra visita y establecimos contacto visual para que supiesen que los habíamos visto. Conseguimos perderlos de vista hablando con un empleado, usando el baño y saliendo por una sección diferente, siempre con los niños bien cerca. Cuando conseguimos atravesar la tienda, informamos al personal de seguridad sobre lo que había pasado».
4 Signos que hacen que esta madre evada a unos traficantes de personas en Ikea
1- No estaban esperando a nadie
En muchas ocasiones, ves a hombres en Ikea esperando a sus mujeres pero estos parecían estar solos. No sonreían a nadie y no hablaron entre ellos.
2- Vestían bien
Vestían bien pero de forma diferente. Nunca los hubiese relacionado y no parecían ir juntos.
3- No estaban de compras
Caminaban por la tienda sin mirar cosas. Algunas veces el hombre mayor cogía algo y actuaba como si lo estuviese mirando pero no lo hacía. Solo miraba a los niños.
4- El área tenía una salida cerca
Daban vueltas en una zona que tenía una salida justo al lado, cosa que podría facilitar la tarea de llevarse a alguno de los niños.
Diandra estaba casi segura de que habían sido el blanco de la trata de personas y sabe que los padres deben ser conscientes. Si ese día no hubiese prestado atención y hubiese dejado sueltos a sus hijos, podría haber perdido a uno. Por ello, debes confiar en tu instinto y saber que está por alguna razón.
Proteger a tus hijos es una gran responsabilidad. Gracias a la historia de Diandra, muchas familias sabrán que signos deben buscar para mantener seguras a sus familias.