A pesar de que es casi imposible demostrar que la reencarnación es real, algunas historias tienen elementos que las dotan de cierta veracidad, especialmente cuando en ellas aparecen como protagonistas niños demasiado pequeños como para tener la capacidad de conocer ciertas cosas sobre el mundo en que vivimos.
A continuación te mostramos 7 historias sobre reencarnaciones que harán que reflexiones al respecto:
1- Ruth Simmons
Una de las historias de reencarnación más conocidas es la de Ruth Simmons. En 1952, Ruth se sometió a una serie de sesiones de hipnosis durante las cuales su terapeuta, Morey Bernstein, la hizo regresar al momento de su nacimiento.
De repente, comenzó a hablar con un fuerte acento irlandés y recordó muchos detalles sobre una vida en la que se llamaba Bridey Murphy y vivía en Belfast, Irlanda, en el siglo XIX. Muy pocas cosas de las que ella mencionó pueden ser verificadas. Sin embargo, Ruth recordó a dos personas a las que solía comprar comida, un tal señor John Carrigan y un tal señor Farr.
El registro de la ciudad de 1865-66 recoge a los dos individuos y ambos parecían trabajar de tenderos. La historia se muestra en una película de 1956 llamada The Search for Bridey Murphy.
2- John Raphael y el árbol de la torre
Peter Hume, Inglaterra, comenzó a tener sueños muy concretos sobre la vida de un guardia de la frontera escocesa de 1646. En sus sueños, él era un soldado de infantería del ejército de Cromwell y su nombre era John Raphael. Después de someterse a un tratamiento por hipnosis, Hume recordó más detalles y lugares. Tiempo después comenzó a visitar los lugares que había recordado con su hermano.
Con la ayuda de un historiador del pueblo en Culmstock, Hume logró identificar de manera positiva los detalles sobre una iglesia que él solo había visto en sueños. Sin haber estado allí anteriormente, Hume pudo decirle al historiador que la iglesia solía tener una torre con un tejo que crecía en ella. Como se trataba de un dato conocido por muy pocos, el historiador no pudo evitar sentir sorpresa cuando Hume se lo dijo.
La torre de la iglesia había sido derribada en 1676. En los registros locales, se descubrió que John Raphael se había casado en la iglesia.
3- ¿Quién es tu abuelo?
Gus Taylor tenía 18 meses cuando comenzó a decir que era su propio abuelo. Es cierto que los niños pequeños pueden sentirse confusos respecto a su propia identidad y la de los miembros de su familia, pero esto era diferente.
Su abuelo había muerto un año antes de que naciera Gus y el niño creía totalmente que eran la misma persona. Cuando se le mostraban algunas fotografías familiares, Gus identificaba al «abuelo Augie» cuando este solo tenía cuatro años.
Más desconcertante fue que Gus comenzase a hablar sobre su fallecida hermana, pues la familia nunca hablo sobre el asesinato de la hermana del abuelo Augie delante del pequeño.
4- Edward Austrian
Por alguna razón, el hijo de 4 años de Patricia Austrian, Edward, sentía fobia hacia los días lluviosos y grises. Más tarde desarrolló un problema en la garganta que lo hacía quejarse de un fuerte e intenso dolor. Cada vez que sentía dolor en la garganta decía que «el disparo era muy doloroso«.
Con solo 4 años, Edward le contaba a su madre historias muy detalladas sobre la vida en las trincheras en lo que aparentemente era la Primera Guerra Mundial. Un día llegó a decirle que en otra vida le habían asesinado por un disparo en la garganta.
Al principio, tras no detectar la causa de los dolores de garganta, los médicos decidieron quitarle las amígdalas como medida de precaución, lo que generó el desarrolló un quiste en la garganta que los médicos no sabían tratar. Tan pronto como Edward contó todos sus problemas sobre su vida anterior a sus padres y habló sobre cómo lo mataron, el quiste desapareció. Los médicos de Edward jamás entendieron cómo el quiste pudo desaparecer de la noche a la mañana.
5- El piloto de guerra de la Marina
Desde muy pequeño, James Leininger comenzó a recordar su vida como piloto de combate. Los aviones eran los únicos juguetes con los que jugaba, y después de un tiempo su obsesión con el avión se convirtió en una pesadilla.
Cuando dormía, hablaba en sueños sobre volar aviones, sobre las armas y sobre un aterrador accidente de aéreo. James, que solo veía programas para niños en la televisión, le explicó a su madre lo que era un tanque de combustible externo para aviones cuando todavía era un renacuajo.
El niño llegó a contarle a su padre que solía despegar desde un barco llamado Natoma y que recordaba el nombre de un piloto, Jack Larson. El Natoma era de hecho un portaaviones que navegó por el Pacífico y Larson era un piloto que todavía estaba vivo.
Más tarde, después de que James le dijera a su padre que lo mataron mientras pilotaba un avión en Iwo Jima, su padre descubrió que existió un piloto llamado James M. Huston Jr. que efectivamente había muerto allí.
6- El reloj holandés
Bruce Whittier tenía sueños recurrentes en los que era un hombre judío que vivía escondido en una casa con su familia. Su nombre era Stefan Horowitz, un judío holandés que fue descubierto en su escondite junto a su familia y llevado a Auschwitz, donde murió.
Comenzó a registrar sus sueños, y una noche soñó con un reloj que fue capaz de dibujar con gran detalle al despertar.
Whittier soñó con la ubicación del reloj en una tienda de antigüedades y fue a mirar movido por la curiosidad. El reloj era visible en el escaparate y se veía exactamente como el de sus sueños. Whittier le preguntó al vendedor cuál era su procedencia, y al parecer, el comerciante aseguraba que se lo compró a un militar alemán retirado en los Países Bajos. Este dato convenció a Whittier de que realmente sus sueños pertenecían a una vida pasada.
7- El muchacho de Barra
Cameron Macauley nació en Glasgow (Escocia), pero desde que tenía dos años le decía a su madre que era de una isla llamada Barra, frente a la costa oeste de Escocia. De vez en cuando le hablaba sobre una casa blanca y una playa. Según recordaba, alguna vez tuvo un perro blanco y negro. Un accidente de tráfico acabó con su vida.
Llegó el momento en el que el pequeño insistía tanto con volver a Barra, que la madre lo llevó a visitar la isla, pues no quedaba a más de una hora de avión.
Una vez allí, la familia encontró una casa blanca que era propiedad de los Robertson. También vieron a un perro blanco y negro en algunas de sus fotografías familiares, junto con el coche que Cameron recordaba. La historia fue investigada por la televisión británica, por lo que el caso de Barra es una de las historias de reencarnación mejor documentadas.