No hay nada mejor que tener buenos compañeros en el trabajo, tan buenos que estén dispuestos a ayudarte pase lo que pase. Andreas Graf es un trabajador de una empresa de diseño a quienes sus compañeros les han hecho uno de los regalos más preciados del mundo: tiempo.
El bonito gesto de unos compañeros de trabajo
Los compañeros de Andres Graf han trabajado horas extras para permitirle que no tenga que acudir a trabajar y pueda cuidar y acompañar todo ese tiempo a su hijo, enfermo de leucemia.
La mujer de Graf murió hace unos años, y desde entonces él se ha tenido que quedar solo a cargo de su hijo Julius, de 5 años. Y si ya no fuera difícil de por sí compatibilizar el horario laboral con las tareas domésticas y el cuidado de su hijo, además tiene que hacerlo con las continuas visitas al hospital para luchar contra su enfermedad.
Algo, por lo que incluso llegó a temer por su trabajo ya que se ha visto obligado a pedir permisos constantes a su empresa de diseño en Fronhausen, en la que trabaja como ensamblador, para acompañar a su hijo al tratamiento. Pero todo eso, hasta que sus colegas tuvieron, de forma completamente altruista, un precioso gesto.
La iniciativa la tuvo el departamento de recursos humanos de Seidel, la empresa en la que trabaja Graf. La idea era sencilla proponerle a los trabajadores que quisieran realizar horas extras de forma voluntaria para darle ese tiempo a Andreas. Ni cortos ni perezosos, 650 trabajadores se sumaron a la iniciativa.
En poco más de dos semanas, han conseguido acumular 3.652 horas para que Graf se pueda dedicar a su hijo Julius casi un año y dos meses, sin la necesidad de trabajar. Por suerte, el pequeño evoluciona bien y se está recuperando poco a poco.
