La generación de los 80 y los 90 se puede considerar una de las más felices en cuanto a infancia se refiere. Son muchos los recuerdos que tenemos de jugar en la calle con nuestros amigos sin estar enganchados a la pantalla del móvil todos los días. Eso sí, no todos los recuerdos que tenemos de esa época son agradables, como el que muestra el siguiente hilo de twitter.
Unos usuarios han comentado las penurias que pasaban cuando tenían que viajar en coche en los 90 y 80 con sus padres, y la verdad es que nos alegramos de ver cómo ha evolucionado el mundo en ese sentido.
¿Cómo se viajaba en coche en los 90 y 80?
Manuel Burque comienza este hilo resumiéndonos en apenas 15 palabras lo que era pasar calor de verdad.
Enlace patrocinadoLos ochenta. Agosto. Un coche sin aire acondicionado. Tus padres fumando. El infierno en vida.
— Manuel Burque (@manuelburque) August 5, 2018
Entre tanto calor, al menos queda el consuelo de unos buenos casetes de música que amenizaran el viaje, ¿verdad?
Jo, que suerte, los mios llevaban a Lola Flores y a Jose Luis Perales. Cuando llegábamos me ponía como el Papa, besando el suelo
Enlace patrocinado— Gúndula ? ??️ (@vonlichtenkraut) August 5, 2018
Como se puede ver, no todo el mundo tenía tanta suerte, la música de aquella época no estaba mal, el problema está en que la que le gustaba a los padres dejaba mucho que desear.
Luego encontramos el típico padre al que le encantaba el fútbol, por lo tanto a todo el coche le debía de gustar y los domingos no se escuchaba otra cosa en la radio que los goles en los partidos.
Qué suerte teníais todos, ¡escuchábais música! Mi vuelta de la playa los fines de semana era con Carrusel Deportivo, los tres hermanos en el asiento de atrás, enfurruñados por no querer oír más lo de "Gol en Las Gaunas".
— mejugenia #T (@mejugenia) August 5, 2018
Hablemos ahora de los ambientadores, todos nos sentimos identificados con la siguiente usuaria y el olor del suyo, ¿a quién le gustaba el pino?
El ambientador con forma de pino y la tapicería a cuadros y de pelito, tipo peluche. El olor. Ese olor mareante al meterte en el coche.
Enlace patrocinadoModelo: Simca 1200 verde oliva.
— Mamenoula Q (@mamenoula) August 5, 2018
No nos olvidemos de la disposición en el coche, debía ser perfectamente ideada cual juego de Tetris, y al final no siempre gustaba a todo el mundo.
Nosotros cinco en el coche. Detrás los tres hermanos de 1,90 cada uno y my mother con las rodillas in the guanter.
(Solo necesitaba poner lo de my mother, lo otro es circunstancial)— David Pareja (@davidpareja) August 5, 2018
Existían algunos casos donde ni con la mejor disposición del mundo cabías en los asientos del coche, por lo que había que buscar alternativas, eso sí, siempre con una sonrisa.
Yo he llegado a viajar en el maletero de un R5, con una mano comiendo porras y con la otra saludando a los coches que iban adelantándonos. pic.twitter.com/Kf5kd3MnhP
— urganda desconocida (@urganda) August 6, 2018
Al final, aunque no sean los mejores recuerdos de nuestra infancia, no dejan de ser anécdotas que ahora recordamos con añoranza, porque en cierto modo, esos veranos acabaron siendo de los mejores de nuestra vida, como finaliza diciendo esta usuaria.
6 personas en un 124. Madrid-Córdoba. Atascazo en Despeñaperros. La cinta de rancheras de mi padre de fondo. Ni saliendo con la fresquita evitábamos pasar calor. Eso si, fueron los mejores veranos de mi vida.
Enlace patrocinado— Mar RG (@Margallego74) August 5, 2018