El centro del barrio de Eastside en Vancouver, es un lugar conflictivo. Es conocido por sus vagabundos, las drogas, la prostitución y la pobreza. Además, por si fuera poco, ahora se había puesto de moda entre los vándalos, atracar a los más vulnerables del barrio, los discapacitados.
Ante esto, el sargento Marcos Horsley y su equipo no podían quedarse de brazos cruzados. Decidieron crear una trampa en la que cayesen los atracadores. Para ello, al sargento Horsley se le ocurrió la idea de hacerse pasar por minusválido, así, en el momento en el que fuesen a atacarle, él cogería al ladrón.
Su equipo y él se pusieron manos a la obra, tomó prestada una silla de ruedas, se dejó crecer la barba, se vistió de manera desaliñada y se plantó en el peor barrio, Downton Eastside.
Incluso trató de llamar la atención de los delincuentes con objetos de valor tales como dinero en metálico, tarjetas de crédito, móviles de alta gama o cámaras de foto. Además, le decía a la gente que tenía una lesión cerebral.
Pero, sorprendentemente, el sargento Horsley encontró justo lo contrario a lo que esperaba ver.
Nadie intentó atracarle, al contrario, numerosas personas tuvieron gestos de amabilidad y bondad con él. Se preocupaban por su estado e intentaban ayudarle.
Otras personas le llevaron comida, incluyendo dos hombres que le compraron pizza. Otros simplemente se detuvieron para charlar e incluso algunos rezaron por él.
Hubo un momento en el que un chico se acercó y agarró la cremallera de su riñonera, tal y como afirma Horsley, estaba seguro de que estaba a punto de pillar a un atracador. Sin embargo, el joven le cerró la cremallera trasera de la riñonera para que no se viesen los objetos de valor que llevaba y le dijo que tenía que ser más cuidadoso con sus pertenencias.
Incluso los individuos reconocidos como delincuentes y detenidos anteriormente por la policía, tuvieron gestos amables con él.
«Ni una sola persona se aprovechó de mi vulnerabilidad», dijo Horsley en una rueda de prensa. «Esta comunidad tiene un gran corazón, se preocupan de las personas más vulnerables «.
La única cosa que decepcionó a Horsley y a su equipo es que no lograron capturar a los autores de los atracos a personas discapacitadas que ya se habían producido.
Pero tal vez, al haberse hecho esta historia tan viral, los atracadores se lo pensarán dos veces antes de atacar a una persona en silla de ruedas ya que podría ser un policía encubierto.
En este vídeo puedes ver a Horsley en plena acción.
Vivir en un barrio de este tipo es complicado, pero está claro que aún quedan personas muy buenas en este mundo.
