¿Crees que existe una receta infalible para ligar? Aunque muchos creen conocerla, lo cierto es que por desgracia no hay ninguna. Sin embargo, aunque no lo creas, ligar puede ser más sencillo de lo que imaginas. Solo tienes que saber los errores que cometes al hacerlo, y ponerle solución.
¿Quieres saber por qué no ligas? La ciencia tiene la respuesta
1- No te mueves
Los gestos dicen mucho sobre ti, por lo que no moverte no es bueno a la hora de entablar relaciones. Por ejemplo, cuando encuentras a alguien atractivo, en vez de decirlo puedes alargar el brazo como si quisiera tocarle el antebrazo o la mano; agarrarte las rodillas comunica la intención de seguir al otro; o inclinar el tronco hacia la persona en cuestión, refleja deseo, atracción sexual.
2- Te avergüenzas de ruborizarte
A veces nos avergonzamos de algo tan natural como ruborizarnos. Y es que es el propio sistema nervioso simpático el que se encarga de dilatar los capilares de la cara demostrando que la persona que tenemos delante nos gusta. Pero lo que no sabes es que, cierto nivel de rubor podría favorecerte.
Por eso precisamente, en muchos países las mujeres se aplican colorete, para simular el brillo sonrosado que provoca la atracción sexual.
3- No sigues pautas de movimiento corporal
En el libro El Lenguaje de la Seducción, del antropólogo David Givens pues encontrar numerosas pautas de movimiento corporal para aproximarte a la persona que te gusta (tocarse mucho el pelo en el caso de las mujeres, o mantener una postura erguida nivel en el caso de los hombres, por ejemplo).
Otra pauta obvia es acercarse a los gustos y gestos de la otra persona. Copiar las maneras hace que nos parezcamos más a la otra persona y da una la impresión de ser más atractivo.
4- No eres transparente
No es lo mismo conocerte bien a ti mismo, que ser capaz de trasmitírselo a los demás. Es lo que la psicóloga Jacquie Vorauer, de la Universidad de Manitoba (Canadá) denomina la distorsión en la señal de amplificación: la tendencia a creer que comunicamos más de nosotros mismos de lo que realmente lo hacemos.
Y es que aunque la otra persona no tiene por qué saber ciertos aspectos sobre ti, si los descubre tarde y no le gustan, será peor.
5- No eres tú mismo
Nunca te avergüences de lo que eres, y mucho menos trates de ser como otra persona. Tarde o temprano saldrá a la luz tu verdadero yo. Si solo buscas un lío de una noche, te servirá, pero si buscas algo más serio, olvídate. Cuando le muestres a la otra persona como eres realmente, podrían sentirse decepcionado.
6- No das segundas oportunidades
No te quedes solamente con la primera impresión de los demás. Puede que sea tímido/a, lo que incluso puede hacer que parezca una persona desagradable. Para comprobarlo, sugiérele que se acerque con tacto, trata de entablar conversación y verás como se va relajando. Si ves que la charla se va animando, va por buen camino.
7- No sabes interpretar las señales
Por mucho que te guste la otra persona, puede ser que no esté interesada en ti. Así que si notas que no te presta atención, sé sabio y cambia de objetivo antes de que te lleves una decepción.