Durante toda la historia, el embarazo ha acarreado consigo cantidad de supersticiones y mitos que van pasando de generación en generación. Y aunque en la mayoría de los casos no son más que invenciones que un día se difundieron llegando a convertirse en creencias que carecen de pruebas científicas, hay algunas de ellas que sí que podrían estar basadas en razones lógicas.
¿Crees que todos estos mitos sobre el embarazo son ciertos?
1- Si paseas por un cementerio, el niño no será feliz
En muchos países árabes, así como en Israel, Europa del Este o Filipinas se cree que si haces esto, el niño puede ser convocado por los espíritus de sus antepasados o tendrá muy mal carácter y llorará mucho.
El origen de esta superstición puede estar basada en ciertas creencias religiosas o para proteger a la mujer del estrés que provoca el embarazo.
2- Si comes alimentos de color claro, el niño tendrá la piel más clara
En China, la India y otros países donde la piel clara se considera un signo de belleza, piensas que si comes alimentos de color claro, la piel del niño será más clara. Y también existe la creencia contraria, que si comes alimentos oscuros o bebes mucho café o té, el niño saldrá con la tez más oscura.
3- Si dejas todas las ventanas abiertas, el parto será más sencillo
En Rusia, Bielorrusia o Ucrania, las personas abren todo lo que pueden: puertas, armarios, cajones, ventanas,… porque creen que de esta forma ayudan a que el cuello uterino se abra. Sin embargo, como es obvio, esto no tiene nada que ver.
4- No puedes pasar por debajo de una escalera, o el bebé saldrá débil
En gran parte de Europa Occidental, una escalera que se apoya en una pared formando un triángulo es un símbolo de la Santísima Trinidad. Por eso, se creía que una mujer que la atravesara embarazada tendría problemas con el bebé.
5- No debes comer pescado porque sino tu hijo no hablará en mucho tiempo
Casi todos los tipos de pescados, pero especialmente los de río, pueden contener ciertos parásitos que pueden ser peligrosos para las personas. Sin embargo, si el pescado se cocinó a alta temperatura o se congeló, puedes comerlo sin preocuparte. Y por supuesto, no tiene nada que ver con el habla.
6- Puedes predecir el sexo del bebé según como da pataditas
En muchos países, las personas creen que si es niño da pataditas en el lado izquierdo, y si es niña en el derecho. Desafortunadamente no tiene nada que ver con la realidad, y la única forma de saberlo con certeza es acudir al médico.
7- Debes comer todo lo que quieras
Hace años se creía que las mujeres embarazadas tenían que comer todo lo que quisieran, lo que su cuerpo les pidiera. Pero esta superstición todavía se cree en algunos países. En Ghana piensan que si una madre no come lo que quiere su bebé tendrá el cuello torcido; en Italia, Turquía, Grecia y Egipto que tendrá una marca de nacimiento en el cuerpo; y en Armenia, que el bebé será glotón de mayor.
Sin embargo, la medicina moderna recomienda una nutrición adecuada durante el embarazo.
8- No darás a luz hasta que te sueltes el pelo
Muchas personas creen que soltarse el pelo ayuda a que el cuello uterino se abra. Quienes practican yoga tienen una explicación para ello: consideran que el cuello uterino está conectado energéticamente a la boca y los labios, por lo que si el pelo está en una coleta, la cara está tensa. Debe estar completamente relajado para que se abra el cuello uterino.
9- Debes comer picante para que el bebé no tenga pelo
En Tailandia y en algunos países del sudeste asiático creen que la comida picante es mala para la visión del futuro bebé. Y es cierto que los alimentos picantes no son lo mejor para las embarazadas pero no por ese motivo.
El picante estimula el hambre, y por lo tanto, contribuye al aumento de peso. Y además, aunque las especias tienen propiedades medicinales, algunas consumidas en grandes cantidades pueden causar contracciones uterinas e irritación del tracto urinario. Y por si fuera poco, dan sed y por tanto favorecen la hinchazón.
10- Cáscaras de huevo colgadas del cuello
En algunas aldeas rusas, las mujeres embarazadas suelen llevar un huevo vacío en el cuello. Creen que mientras el huevo esté a salvo, el niño también lo estará.