La revista Science ha publicado un estudio que revela que los osos polares podrían extinguirse mucho más rápido de lo que pensábamos ya que cada día tienen tasas metabólicas más altas y hay muchos que no pueden cazar suficientes presas para obtener energía.
Anthony Pagano, el jefe de la investigación, explica que han documentado durante la última década los descensos en las tasas de supervivencia del oso polar, en la condición corporal y en el número de población, y han conseguido identificar los mecanismos que consiguen estas disminuciones al ver cuáles son las necesidades energéticas reales de los osos polares y la frecuencia con la que cazan focas.
Colocaron collares de alta tecnología en los osos, los cuales registraron vídeos, ubicaciones y niveles de actividad. Obtuvieron una tasa metabólica media que era un 50% más alta de lo que habían predicho los estudios previos. Cinco de los nueve osos que participaron en el estudio perdieron masa muscular ya que no conseguían capturar suficientes presas.
Estos registros se realizaron entre abril y julio que son los meses en los que los osos polares atrapan más presas para conseguir la grasa corporal suficiente para mantenerse todo el año.
El cambio climático tiene efectos devastadores en el hielo marino del Ártico y está obligando a los osos a desplazarse mucho más para poder cazar. Cuanto más se derriten, más lejos tienen que ir, perdiendo más energía durante el verano, su periodo de ayuno.
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En primavera cazan mucho más ya que van a por focas recién destetadas, las mismas que en otoño ya son mayores y más sabias y, por lo tanto, no se dejan capturar.
La población de osos polares ha disminuido un 40% en la última década y este estudio ha descubierto que se debe a que su metabolismo necesita un número de focas inaccesible a causa del deshielo provocado por el cambio climático. Y según pronostican los expertos, la especie podría desaparecer para el año 2050.