El Gran Wyoming es uno de los personajes más polémicos que hay hoy día porque no le importa dar su opinión respecto a todos los problemas, especialmente políticos, que nos rodean hoy día. Su última reflexión sobre «la bandera del pollo» no ha tardado en extenderse como la pólvora.
El Gran Wyoming y su reflexión viral
La reflexión de Wyoming viene justo después de la convocatoria en Madrid por la Asociación por la derogación de la Memoria Histórica. El presentador no ha dudado en tomarse un minuto y hablar sobre lo que está ocurriendo en España.
«Pero la verdad es que después de lo que hemos visto en algunas manifestaciones cada vez está más de moda. Asumámoslo. La bandera del pollo es como la riñonera de la extrema derecha», ha comenzado a explicar Wyoming, para a continuación preguntarse «cómo puede ocurrir esto».
Él mismo se ha respondido a su pregunta de la siguiente forma: «Pues porque aunque suene raro, esta bandera es absolutamente legal. Sí. Según la ley actual este símbolo es preconstitucional pero no anticonstitucional. Es una definición un tanto ambigua, porque ahí entra la bandera franquista y la del club de fans de Los Pecos».
El presentador ha querido recordar e ironizar de la siguiente forma: «esta bandera fue legal hasta 1981, y según la Ley de Memoria Histórica exhibirla sólo es ilegal en un edificio oficial o si lo hiciera un poder público, que en este caso podría estar acusado de prevaricación».
«Pero fuera de eso hay barra libre. Nos guste o no parece que este símbolo de la dictadura está protegido por la libertad de expresión», ha explicado el presentador antes de dejar una gran pregunta en el aire: «¿Debería prohibirse?»
Para terminar, Wyoming ha querido finalizar así: «Bueno, yo sólo diré que un país tan poco sospechoso de antidemocrático como Alemania prohíbe la simbología nazi, incluida la esvástica, impidiendo su exhibición con hasta tres años de cárcel. De hecho también está prohibido exhibir las iniciales de Hail Hitler, y hasta el número 88, usado para nombrar dos veces la octava letra del alfabeto».
Un discurso político que muchos ya critican, mientras que otros le aplauden.
