La halitosis, más comúnmente conocida como mal aliento, se define como el conjunto de olores desagradables que se emiten por la boca.
En general, la halitosis está causada por una higiene oral deficiente o inadecuada, aunque también puede haber otras razones como la enfermedad de las encías, sequedad de la boca, infecciones virales o restos de alimentos, entre muchos otras cosas.
Las causas más comunes de halitosis derivan de un problema de la boca, específicamente de la lengua y la garganta. Esto se debe a que la descomposición los restos de alimentos se producen VSC o compuestos de azufre volátiles, los principales culpables del desagradable olor a «huevos podridos».
La halitosis también puede ser causada por el tabaquismo, el consumo de alcohol, ciertos efectos secundarios de medicamentos, las caries dentales, enfermedades sistémicas como la diabetes y enfermedades periodontales.
Las Cosas que deberíamos tener en cuenta
Diagnóstico de Halitosis
La halitosis o el mal aliento normalmente puede reducirse o eliminarse mediante una higiene oral adecuada. Sin embargo, también existe el mal aliento persistente o crónico. En este caso, su diagnóstico requiere pruebas que se realizan en clínicas especializadas.
A pesar de que los exámenes y las herramientas para medir el mal aliento son ampliamente utilizadas en las clínicas, la prueba más común en relación a la halitosis sigue siendo inhalar y medir los tipos y niveles de olor. Estas mediciones se llaman mediciones organolépticas y el nivel de olor se evalúa normalmente en una escala de gravedad de 6 puntos.
Tratamiento de la halitosis
Los dentistas recomiendan el cepillado los dientes al menos 2 veces al día con una pasta de dientes con flúor para eliminar las partículas de alimentos y la placa. Preferentemente, el cepillado debe realizarse después de cada comida y siempre debe cepillarse la lengua.
Prevención de la halitosis
Además, es importante cambiar de cepillo de dientes cada 2-3 meses y usar un hilo dental una vez al día para eliminar la placa y las partículas de alimentos que puedan quedar atrapados entre los dientes.
En caso de que los dientes estén relativamente sanos, se recomienda visitar al dentista 2 veces al año como mínimo.
Masticar chicle o comer caramelos, si es posible sin azúcar, puede ayudar a estimular la producción de saliva, lo que generalmente ayuda a eliminar las bacterias y los restos de alimentos en la boca, disminuyendo así las posibilidades de que sufras mal aliento.
Además, algunos chicles tienen ingredientes antiolores como el mentol y la menta verde para ayudar a refrescar el aliento. Alternativamente, también puede ser buena idea probar remedios caseros para el mal aliento como masticar perejil fresco, ramas de canela o semillas de hinojo.
Cuidado con la alimentación
También puede ser de ayuda llevar un registro de todos los alimentos consumidos a lo largo del día para poder determinar si ciertos alimentos pueden empeorar el mal aliento. Del mismo modo, también puede ser útil elaborar una lista de medicamentos tomados de forma regular.
Otros aspectos a considerar para prevenir la halitosis incluyen dejar de fumar, regular la ingesta de alcohol, beber mucha agua para hidratar la boca y estimular la producción de saliva, y hacer gárgaras antes de acostarse por la noche.
