La adicción al café es uno de los problemas más rentables de todo el planeta y es que el grano de esta bebida energética consigue despertar a la mitad del mundo antes de ir a sus trabajos y sin él, probablemente el mundo se congelaría y nadie sería capaz de ponerse en marcha.
Si te encanta el café y no puedes vivir sin él, probablemente serás todo un experto, pero ¿lo conoces todo sobre esta energética bebida?
Te recordamos además que en tupendo.es puedes hacerte con la taza que más te guste para estas navidades
10 Cosas que solo los adictos al café conocerán
1- Beethoven era la pesadilla de cualquier barista
Al músico le encantaba disfrutar de una buena taza de café, pero era extremadamente quisquilloso con su elaboración. Exigía que cada taza que consumía estuviera hecha con 60 granos de café, ni uno más ni uno menos.
2- Las mujeres británicas querían prohibir el consumo de café
Estaban seguras que el café estaba convirtiendo a sus maridos en muertos vivientes y querían que se prohibiera su consumo.
3- Originalmente el café se masticaba
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El café no siempre ha sido un regalo líquido y los primeros usos de los granos de café se dieron en las tribus Africanas. Reunían las bayas y las enrollabas en unas bolas de energía.
4- El café más caro del mundo procede de la caca de un animal
Kopi Luwak, el café más caro del mundo, procede de la digestión de un animal. La Civeta asiática no puede resistirse a los granos de café y tras digerirlos y expulsarlos se convierten en todo un manjar para los paladares más exquisitos.
5- El café instantáneo lleva 250 años en el mundo
6- Solo hacen falta 70 tazas de café para acabar con un hombre
Aunque con estas de tupendo.es, lo que morirán es de amor
7- Un cafetero puede gastar más de 1.000 € en café al año
8- La oficina central de la CIA tiene su propio Starbuck
9- Finlandia es la capital del mundo del café
10- Los granos de café mandaron a los atletas a las olimpiadas
BONUS- Beber café alarga la vida de tu gato
El libro Guinness de los récords registró al gato más longevo del mundo. Vivió 38 años y, no se sabe si por casualidad o no, bebió una taza de café cada mañana durante toda su vida.